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martes, 11 de abril de 2017

Y TÚ ¿QUÉ DESEAS?

Pintura- Pintor- Vdas complicadas-


Dijeron que yo estaba loco; y yo dije que ellos estaban locos; malditos sean, me ganaron por mayoría. Nathaniel Lee, poeta del S. XVII, internado en el manicomio de Bethlem.   / They said I was mad; and I said that they were mad; damn it, they outvoted me. Nathaniel Lee 17th century poet, and inmate of Bethlehem Asylum. 

AND YOU, WHAT ARE YOU WISHING FOR? / Y TÚ ¿QUÉ DESEAS? 



                                                                                            LEER EN ESPAÑOL      READ IN ENGLISH


Hace unos días estaba hablando con una amiga. Me dijo que unos años atrás su mayor deseo era poder vivir sin tener que ir a trabajar cada día. Desde hace un tiempo su deseo se ha hecho realidad.

 Es bastante probable que al contemplar un cuadro hayaís pensado alguna vez “¡Cómo me gustaría poder pintar así!” Cuidado con lo que deseaís, podríais conseguirlo. Siempre hay que leer la letra pequeña, por si acaso. ¿Y si las musas os trajeran el lote completo que muchos pintores han recibido a lo largo de los siglos: un gran talento artistico y una vida en muchos aspectos desgraciada?.

 Seguro que ya habéis adivinado que os voy a hablar de... ¡Van Gogh! No, de Van Gogh, no. Esa copia que pinté de uno de sus autorretratos la he puesto ahí para a) despistaros (ya sabéis cuánto me gusta hacerlo), y b) porque también este es uno de esos pintores de vidas poco envidiables.

 Hoy toca cotillear acerca de... ¡Qué casualidad! Dentro de unos días se cumplen doscientos años del nacimiento de John Phillip. Acercaos. Os contaré un poco acerca de él. Aviso que algunas escenas no son adecuadas para estomagos delicados; de modo que, si es vuestro caso, no leaís este post mientras coméis, aunque sólo sea una galleta.

John Phillip (19 abril 1817, Aberdeen, Escocia-1867, Londres) fue un pintor de gran éxito en su época, la era victoriana. En el S. XIX España estaba de moda y él quedó fascinado por nuestro país, tanto que se le apodó Spanish Phillip y Phillip of Spain (juego de palabras alusivo a Felipe II) por sus numerosos cuadros representando tipicas escenas de la vida española. La familia real inglesa lo tenía en gran estima, y la reina Victoria lo consideraba el mejor retratista de su país, y le encargaba numerosos retratos. Triunfó también como pintor de escenas de género que son aquellas en las que se representa a la gente normal de la época del pintor haciendo eso... vida normal. Rico y reconocido por su trabajo ¿qué más se puede pedir? Ahora os explico. Recordad, no comáis mientras tanto.

 Nació en un familia pobre. Su padre era un ex soldado que se ganaba la vida como zapatero. Para cuando John llegó a la adolescencia sus padres ya habían muerto. ¿El resto de la familia? Un ejemplo: en diciembre de 1832 su tía Ann Allan Phillip acuchilló a su propio hijo de ocho años. En el juicio testificó en su contra su esposo, el tío de John (hermano de su padre).

 Dado su evidente talento artístico pronto consiguió quienes pagaran sus estudios. Ingresó en la Royal Academy de Londres donde se convirtió en miembro de The Clique una sociedad de artistas que se reunían para dibujar y comentar sobre pintura. Formaban parte de ese grupo otros artistas como Richard Dadd y William Frith mucho menos conocidos que John Phillip.

 Con el paso del tiempo, nuestro pintor se enamoró de María Dadd, hermana de su amigo Richard. En 1842 María y John se comprometieron.

 Ese verano Richard se fue de viaje por Europa y el Medio Este acompañado por un rico mecenas. En Roma, el carácter de Richard comenzó a cambiar; se comportaba de manera rara. Cada vez estaba más violento y un día le comentó a su compañero de viaje que planeaba asesinar al Papa durante un acto público. El mecenas se las arregló para traer de vuelta a Londres a Richard. Allí un doctor dictaminó que no estaba en su sano juicio. Aunque debería haber sido hospitalizado, su padre decidió que se lo iba a llevar al hogar familiar para que descansara. Durante ese viaje Richard (recordad, era pintor...) asesinó y descuartizó a su propio padre con un cuchillo y una navaja. Luego huyó a Francia, pero fue arrestado mientras trataba de cortarle la garganta a alguien. Mientras tanto, la policía en Inglaterra encontró algunos bocetos de Richard en los que aparecían sus compañeros pintores con las gargantas cortadas. También había una lista de gente que “debía morir”. Fue extraditado a Inglaterra y condenado de por vida a vivir en el manicomio de Bedlam. Allí permaneció hasta que murió 42 años después.

 John decidió casarse pronto con María, de 23 años, que se había quedado sin padre y tenía a su hermano encerrado. Para entonces ella ya había tenido un primer ataque de la misma enfermedad mental que tenía su hermano Richard. 

 Como su salud había sido siempre delicada, y siguiendo el consejo de su médico, John se fue a pasar el invierno de 1851-52 a Sevilla. Este viaje transformó su pintura gracias a la influencia de pintores españoles y, por supuesto, por la luz, el color, la calidez, la música, el baile, la conversación... 
 Durante la década entre 1851 y 1861 realizó tres largos viajes a España. Y mientras era cada vez más reconocido como pintor su vida familiar cada vez iba a peor. A principios de 1856, su esposa, María, trató de estrangular a su bebé de tres meses por estar llorando. John aceptó recluir a su esposa en una institución. Durante sus viajes a España sus hijos se quedaban al cuidado de una persona de confianza.

 En 1859 Phillip fue elegido miembro de la Royal Academy. La otra cara de la moneda fue que, ese mismo año, su esposa, en un breve periodo que pasó en casa, atacó a John. Afirmaba que su médico la torturaba, que los jesuitas la perseguían, y la culpa de todo se la atribuía al príncipe Alberto, príncipe consorte. John se dio cuenta de que su esposa tenía que estar bajo vigilancia permanentemente. Fue ingresada en el hospital psiquiatrico de Elmhill House. Allí murió 34 años después. Como su marido era rico ella disponía de su propia habitación, sala de estar, mesa separada en el comedor y una acompañante personal.

 España se convirtió en un lugar donde John podía relajarse y vivir una vida bohemia alejado del tormento de su matrimonio, las restricciones de la vida pública victoriana y el estrés de su trabajo. 
 Entre una cosa y otra la salud de Phillip cada vez fue a peor. En 1867, durante una visita a su viejo amigo William Frith, sufrió un derrame cerebral que le dejó paralizado el lado izquierdo y le impedía hablar. Séis días después tuvo otro derrame que le causó la muerte. Tenía sólo 49 años. Tanto su cuñado, Richard, como su esposa, María, vivieron bastantes más años que él.


Os doy otro breve ejemplo. A este pintor seguro que lo conocéis. Norman Rockwell (3 febrero 1894-8 noviembre 1978) es el pintor estadounidense más conocido del S. XX. Buscad sus pinturas y veréis que os son familiares. Nos dan la impresión muchas de ellas de que el autor vivía en un mundo ideal. La realidad es que Rockwell insistía tanto en sus pinturas en la vida familiar y la alegría de la infancia porque había crecido con una madre diagnosticada con depresión y un padre negligente. Luego, él formó también unas familias poco ideales. A lo largo de toda su vida Norman también sufrió depresión. Se casó precipitadamente y demasiado joven, y este matrimonio, que duró 14 años, careció de amor. Su siguiente matrimonio fue más armonioso, pero quedó también arruinado por las depresiones de él y el alcoholismo de ella. Y, como dicen que a la tercera va la vencida, fue en su tercer matrimonio, ya a una edad avanzada, cuando parece que en su vida real empezó a disfrutar de la serenidad que reflejan muchas de sus pinturas.


 Os incluyo una infografía con una lista de algunos otros pintores con gran talento y bastante menos felicidad. 

 La pregunta que os estáis haciendo es ¿por qué quieres deprimirnos? No quiero deprimiros. Todo lo contrario, quiero que os deis cuenta de que a lo mejor no es tan malo que el perrito que habéis dibujado a vuestro sobrino parezca un extraterrestre, si, a cambio, en lugar de vivir en un hospital psiquiátrico o la cárcel, os podéis seguir despertando en vuestra humilde habitación con muebles de Ikea y laminas de cuadros pintados por otros.


Además, lo confieso, quiero desanimar a posible competencia, ya somos muchos en el mundo de la pintura. 

Por cierto, mi amiga — la del comienzo del post—, como os he dicho, cumplió su deseo de vivir sin trabajar. ¿Cómo? Ha tenido tantos problemas serios de salud, físicos y psicológicos, que finalmente le ha sido concedida una pensión permanente. No está segura de que el Universo entendiera del todo bien su petición.

 Mucho cuidado con lo que pedís...







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