Mucha gente confunde su imaginación con su memoria. (Alguien A. Dicho)./ Many people confuse their imagination with their memory. (Said S. Omeone)
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WHY YOU CAN NOT TRUST 100% YOUR MEMORIES/ POR QUÉ NO PUEDES CONFIAR 100% EN TUS RECUERDOS.
Cuando decidí crear un blog empecé a reunir material personal con el que obtener ideas para mis posts:
diarios, grabaciones, cartas,.../When I decided to create a blog I started to gather personal material with which to get ideas for my posts:
journals, recordings, letters, ...
Leer en español Read in English
Sólo he tenido tiempo de repasar una mínima parte de ello, pero ha sido
suficiente como para darme cuenta de que en ocasiones hay una discordancia entre mi verdadero pasado y
el que guardo en mi mente. Por ejemplo, hay más vida social y salidas nocturnas, y la intensidad del dolor
de algunos momentos no siempre coincide con la que yo recordaba.
Ninguna sorpresa, se podría pensar; siempre he dicho que tengo mala memoria.
En una grabación me escuché contando lo cuidada que me sentía por un amigo en particular, cómo podía confiarle mis inquietudes y las cariñosas regañinas que él me echaba. Me sorprendí. Durante años lo he considerado como uno más de aquel grupo de amigos. ¿Decidí en alguna manera olvidar esa parte de nuestra amistad para hacer menos dura la separación en el tiempo y la distancia? Le volví a ver hace unos años y le traté con la indiferencia que a veces me caracteriza (algunos lo llamarían ser maleducada). Si lo volviera a ver, en honor a los viejos tiempos, me esforzaría en ser más efusiva.
De modo que entendí mejor a una de mis ex parejas. Tiempo atrás, empezando a descubrir las ventajas de Internet, busqué personas de mi pasado, aunque sin intención alguna de contactar con ellas. A él fue fácil localizarle: también tiene un blog, en su caso sobre política. No es un tema que me interese mucho y menos como él lo enfoca, de modo que raramente lo leo. Saliendose de lo habitual, alguna vez ha contado cómo conoció a su esposa y la relación tan fuerte que les une. Precioso... Salvo por la parte que se refiere a ser ella la primera y única de quien se enamoró profundamente. Ha olvidado, junto con otros detalles de aquellos años, que ese primer amor no fue ella, sino yo. Tengo diarios, notas, tarjetas de San Valentín y personas que pueden confirmarlo. Gracias a un olvido o distorsión de la realidad del todo inocente podemos crear la ilusión de “nunca ha habido ni habrá nadie más que tú en mi vida” que ayuda a mantener aun más fuerte un matrimonio.
Me identifico con la escritora américana Molly O'Keefe quien dijo:
“Es curioso lo que hace la memoria ¿verdad? Mi tradición navideña favorita puede que no haya sucedido más de una o dos veces. Pero debido a que es un recuerdo tan agradable, que engloba todo lo que me gusta de la Navidad, en mi mente sucedió cada año sin faltar ni uno”.
¿Estáis de acuerdo con la siguiente afirmación? "La idea más horrorosa es que lo que creemos con todo nuestro corazón no sea necesariamente la verdad." Se la debemos a la estadounidense Elizabeth Loftus, una de las más eminentes psicólogas del siglo XX y también una de las más controvertidas. Sus estudios sobre la memoria sugieren que está puede ser manipulada con cierta facilidad y que se pueden crear falsos recuerdos o memorias. Un falso recuerdo no es uno en el que hayamos cambiado unos pocos detalles de un acontecimiento; va más allá: es aquella circunstancia que afirmamos con toda seguridad recordar, pero que en realidad nunca ha sucedido. Estos falsos recuerdos son importantes porque las investigaciones demuestran que es un proceso que forma parte del recuerdo normal y no indica ningún tipo de problema psicológico.
Me parece tan fascinante que, por miedo a extenderme demasiado en las explicaciones, me limitaré a deciros que podéis encontrar en Internet más información sobre los estudios de esta pionera y de otros investigadores en cuanto a las fortalezas y debilidades de la memoria humana. Por ejemplo, cómo se puede modificar en interrogatorios la memoria de testigos o cómo instalar falsos recuerdos de la infancia en la memoria por medio de la sugestión.
La idea de que el pasado que recordamos no es un documental sino un largometraje que mezcla ficción y realidad nos desestabiliza en diferentes grados. Necesitamos nuestros recuerdos, forman parte de nuestra identidad, no queremos perderlos ni aún en el caso de que algunos de los más dolorosos nunca hubieran sucedido, como ha llegado a averiguarse en algunas investigaciones.
Nuestros recuerdos no se quedan almacenados aislados a medida que ocurren, sino que pueden cambiar y lo hacen debido a que se mezclan con todo lo demás que esta sucediendo en nuestra cabeza y con el resto de la información que nos va llegando. Como consecuencia, la memoria llega a ser moldeable, manipulable, frágil. Contiene no sólo incorrecciones y tergiversaciones sino también puras imaginaciones.
Y hablando de imaginaciones... Vamos a imaginar que tuvierais la posibilidad de encontraros con vuestro pasado, de escuchar vuestra propia voz describiendo los hechos, de leer lo que escribistéis en ese mismo momento. ¿Querríais tener acceso a esa información? ¿Preferiríais dejar las cosas como están sin conocer la verdad para no tener que alterar la percepción que tenéis de vosotros mismos y de vuestro presente?
Benjamin Franklin dijo: “Ser ignorante no es tan vergonzoso como no estar deseoso de aprender.” En relación a los recuerdos, ser ignorante ¿podría ayudarnos a seguir adelante con nuestra vida? Por ejemplo, ¿después de veinte años seguís en el mismo trabajo porque en su momento no pudisteis encontrar nada mejor o porque decidisteis que os permitía dedicar más tiempo a otros aspectos de vuestra vida? Tal vez habéis olvidado como no poníais el 100% en vuestra relación matrimonial de modo que la culpa del fracaso no fue exclusivamente de él o de ella. ¿Por qué querríais saber la verdad? ¿Por qué no? ¿Para qué? ¿Cambiaría en algo vuestro presente? ¿Depende de qué tipo de verdad? ¿Sólo si encaja con la imagen positiva o negativa que tenéis ahora de vosotros?.
Pero, claro, estas preguntas son un puro juego porque estáis del todo seguros de que vuestros recuerdos permanecen inalterados desde el día en que se produjeron. ¿Verdad?.
Por favor, pensad y contestad a las cuestiones que se plantean en este post. Será muy interesante saber vuestras opiniones.
Ninguna sorpresa, se podría pensar; siempre he dicho que tengo mala memoria.
En una grabación me escuché contando lo cuidada que me sentía por un amigo en particular, cómo podía confiarle mis inquietudes y las cariñosas regañinas que él me echaba. Me sorprendí. Durante años lo he considerado como uno más de aquel grupo de amigos. ¿Decidí en alguna manera olvidar esa parte de nuestra amistad para hacer menos dura la separación en el tiempo y la distancia? Le volví a ver hace unos años y le traté con la indiferencia que a veces me caracteriza (algunos lo llamarían ser maleducada). Si lo volviera a ver, en honor a los viejos tiempos, me esforzaría en ser más efusiva.
De modo que entendí mejor a una de mis ex parejas. Tiempo atrás, empezando a descubrir las ventajas de Internet, busqué personas de mi pasado, aunque sin intención alguna de contactar con ellas. A él fue fácil localizarle: también tiene un blog, en su caso sobre política. No es un tema que me interese mucho y menos como él lo enfoca, de modo que raramente lo leo. Saliendose de lo habitual, alguna vez ha contado cómo conoció a su esposa y la relación tan fuerte que les une. Precioso... Salvo por la parte que se refiere a ser ella la primera y única de quien se enamoró profundamente. Ha olvidado, junto con otros detalles de aquellos años, que ese primer amor no fue ella, sino yo. Tengo diarios, notas, tarjetas de San Valentín y personas que pueden confirmarlo. Gracias a un olvido o distorsión de la realidad del todo inocente podemos crear la ilusión de “nunca ha habido ni habrá nadie más que tú en mi vida” que ayuda a mantener aun más fuerte un matrimonio.
Me identifico con la escritora américana Molly O'Keefe quien dijo:
“Es curioso lo que hace la memoria ¿verdad? Mi tradición navideña favorita puede que no haya sucedido más de una o dos veces. Pero debido a que es un recuerdo tan agradable, que engloba todo lo que me gusta de la Navidad, en mi mente sucedió cada año sin faltar ni uno”.
¿Estáis de acuerdo con la siguiente afirmación? "La idea más horrorosa es que lo que creemos con todo nuestro corazón no sea necesariamente la verdad." Se la debemos a la estadounidense Elizabeth Loftus, una de las más eminentes psicólogas del siglo XX y también una de las más controvertidas. Sus estudios sobre la memoria sugieren que está puede ser manipulada con cierta facilidad y que se pueden crear falsos recuerdos o memorias. Un falso recuerdo no es uno en el que hayamos cambiado unos pocos detalles de un acontecimiento; va más allá: es aquella circunstancia que afirmamos con toda seguridad recordar, pero que en realidad nunca ha sucedido. Estos falsos recuerdos son importantes porque las investigaciones demuestran que es un proceso que forma parte del recuerdo normal y no indica ningún tipo de problema psicológico.
Me parece tan fascinante que, por miedo a extenderme demasiado en las explicaciones, me limitaré a deciros que podéis encontrar en Internet más información sobre los estudios de esta pionera y de otros investigadores en cuanto a las fortalezas y debilidades de la memoria humana. Por ejemplo, cómo se puede modificar en interrogatorios la memoria de testigos o cómo instalar falsos recuerdos de la infancia en la memoria por medio de la sugestión.
La idea de que el pasado que recordamos no es un documental sino un largometraje que mezcla ficción y realidad nos desestabiliza en diferentes grados. Necesitamos nuestros recuerdos, forman parte de nuestra identidad, no queremos perderlos ni aún en el caso de que algunos de los más dolorosos nunca hubieran sucedido, como ha llegado a averiguarse en algunas investigaciones.
Nuestros recuerdos no se quedan almacenados aislados a medida que ocurren, sino que pueden cambiar y lo hacen debido a que se mezclan con todo lo demás que esta sucediendo en nuestra cabeza y con el resto de la información que nos va llegando. Como consecuencia, la memoria llega a ser moldeable, manipulable, frágil. Contiene no sólo incorrecciones y tergiversaciones sino también puras imaginaciones.
Y hablando de imaginaciones... Vamos a imaginar que tuvierais la posibilidad de encontraros con vuestro pasado, de escuchar vuestra propia voz describiendo los hechos, de leer lo que escribistéis en ese mismo momento. ¿Querríais tener acceso a esa información? ¿Preferiríais dejar las cosas como están sin conocer la verdad para no tener que alterar la percepción que tenéis de vosotros mismos y de vuestro presente?
Benjamin Franklin dijo: “Ser ignorante no es tan vergonzoso como no estar deseoso de aprender.” En relación a los recuerdos, ser ignorante ¿podría ayudarnos a seguir adelante con nuestra vida? Por ejemplo, ¿después de veinte años seguís en el mismo trabajo porque en su momento no pudisteis encontrar nada mejor o porque decidisteis que os permitía dedicar más tiempo a otros aspectos de vuestra vida? Tal vez habéis olvidado como no poníais el 100% en vuestra relación matrimonial de modo que la culpa del fracaso no fue exclusivamente de él o de ella. ¿Por qué querríais saber la verdad? ¿Por qué no? ¿Para qué? ¿Cambiaría en algo vuestro presente? ¿Depende de qué tipo de verdad? ¿Sólo si encaja con la imagen positiva o negativa que tenéis ahora de vosotros?.
Pero, claro, estas preguntas son un puro juego porque estáis del todo seguros de que vuestros recuerdos permanecen inalterados desde el día en que se produjeron. ¿Verdad?.
Por favor, pensad y contestad a las cuestiones que se plantean en este post. Será muy interesante saber vuestras opiniones.
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